Buscadoras de belleza, coleccionistas de arte (I)

Los coleccionistas han desempeñado un papel fundamental dentro del entramado de la Historia del Arte de los últimos siglos. Aunque no sea tarea reconocida la suya, muchas de sus decisiones sirvieron como afianzamiento de artistas y obras y consiguieron crear conjuntos de piezas acordes a gustos estéticos que se han mantenido hasta el día de hoy. 

Está claro que esta labor, a la que tantos coleccionistas dedicaron buena parte de sus vidas, se encuentra unida a la idea de posesión, pero también hay que entenderla como una forma de expresión de la personalidad del coleccionista, revelada a través de sus intereses, gustos y elecciones.

Todos estos amantes de la belleza tienen en común, entre muchas otras cosas, sus excéntricas personalidades, la pasión por el arte y la necesidad de definirse a través de los objetos. En definitiva, lo que les une es el deseo de crear una colección, el deseo por crear un grupo de piezas que los represente dando una visión de su gusto estético y de su extravagante personalidad.

¿Mujeres coleccionistas? También las hubo, aunque muchas menos que hombres, pero tan importantes como la inigualable Peggy Guggenheim o la escritora Gertrude Stein, de las que hablaremos más extensamente en los dos próximos artículos. Peggy se convirtió en una de las mecenas más importantes del último siglo y hacia 1950 abrió su colección al público en el Palacio Venier dei Leoni de Venecia, el que fue su último hogar. Gertrude, sin embargo, fue mucho más conocida por ser una de las escritoras más contundentes de la vanguardia estadounidense, y también por la gran amistad que trabó con Pablo Picasso.

Peggy Guggenheim, en el centro, junto al crítico de arte Alfred Frankfurter y Matilda Mosson (Frankfurter)
(Fuente: https://elpais.com/elpais/2015/11/30/eps/1448914377_781304.html) (Fecha de consulta: 16-II-2019)

Peggy en la terraza de su piso en París, 1940. Sobre la repisa una reciente adquisición: Maiastra de Brancusi
(Fuente: JIMÉNEZ-BLANCO, M. D., y MACK, C., Buscadores de Belleza. Historias de los grandes coleccionistas de arte, Barcelona, Ariel, 2007, p. 328)

Gertrude Stein con su retrato pintado por Picasso, finales de la década de 1920
(Fuente: JIMÉNEZ-BLANCO, M. D., y MACK, C., Buscadores de Belleza. Historias de los grandes coleccionistas de arte, Barcelona, Ariel, 2007, p. 290)

Gertrude Stein en el salón de su casa. Al fondo se aprecian obras de importantes pintores vanguardistas
(Fuente: https://elpais.com/elpais/2015/11/30/eps/1448914377_781304.html) (Fecha de consulta: 16-II-2019)

También destacaron por su pasión por el arte Isabella Stewart Gardner, fundadora del museo de Boston que recibe su mismo nombre -el Gardner Museum es una exquisita casa-museo que surgió con el deseo de abrir su colección al público americano para estimular en la población el estudio y la apreciación del arte-; y la filántropa Louisine Havemeyer, la cual jugó un papel clave en la introducción del Impresionismo en América (fue una gran amiga de la artista Mary Cassatt) y en la creación de los fondos de museos como el Metropolitan de Nueva York, gracias a sus donaciones. Ellas fueron las coleccionistas más populares en la primera mitad del siglo XX y, además, de un modo u otro, las cuatro acabaron por hacer públicas sus colecciones.

La señora Gardner en Venecia de Anders Zorn, 1894
(Fuente: JIMÉNEZ-BLANCO, M. D., y MACK, C., Buscadores de Belleza. Historias de los grandes coleccionistas de arte, Barcelona, Ariel, 2007, p. 154)

Patio del Isabella Stewart Gardner Museum en Boston
(Fuente: https://tucsonmuseumofart.org/event/the-isabella-stewart-gardner-museum-palazzo-extraordinary-art-collected-by-an-oddball-genius-susie-heintz/) (Fecha de consulta: 16-II-2019)

Louisine y Henry O. Havemeyer, ambos coleccionistas, hacia 1898
(Fuente: JIMÉNEZ-BLANCO, M. D., y MACK, C., Buscadores de Belleza. Historias de los grandes coleccionistas de arte, Barcelona, Ariel, 2007, p. 96)

Retrato de Louisine Havemeyer de Mary Cassatt, hacia 1896
(Fuente: JIMÉNEZ-BLANCO, M. D., y MACK, C., Buscadores de Belleza. Historias de los grandes coleccionistas de arte, Barcelona, Ariel, 2007, p. 98)

En la actualidad otras mujeres siguen los pasos de estas grandes mecenas. Cabe señalar a Patricia Phelps de Cisneros, coleccionista de arte y filántropa enfocada al arte contemporáneo, cuya colección de arte de la Modernidad en América Latina bien puede compararse con la labor realizada por Stein o Guggenheim. En España destaca la galerista Helga de Alvear, propietaria de una colección de más de 2.500 piezas de artistas, tanto nacionales como internacionales. Ambas continúan con esa labor comenzada por otras mujeres que a lo largo de la historia han demostrado, una vez más, que el arte no es cuestión de sexo.

Y como una vez dijo Louisine Havemeyer,

“Yo respondo arte, arte, arte. Está ahí llamándote, como nos llamó a nosotros. Tienes que sentirlo. Tienes que oír su voz llamándote…”.


Lecturas recomendadas:

FULLBROOK, K., Free women. Ethics and aesthetics in twentieth-century women's fiction, Worcester, Harvester Wheatsheaf, 1990.

GUGGENHEIM, P., Una vida para el arte. Confesiones de una mujer que amó el arte y a los artistas, Barcelona, Parsifal Ediciones, 1990. 

HAVEMEYER, L., Sixteen to sixty: memoirs of a collector, Nueva York, Ursus Press, 1993.

JIMÉNEZ-BLANCO, M. D., y MACK, C., Buscadores de Belleza. Historias de los grandes coleccionistas de arte, Barcelona, Ariel, 2007.

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